Generar confianza es uno de los aspectos más importantes de un sitio, por lo que debes contener información real y relevante, tanto textos como imágenes. De preferencia no copiar información de otros sitios y no utilizar imágenes gratuitas que pueden ser utilizados por cualquiera.
Utiliza tus correos corporativos. Tal vez este es el punto donde los clientes se muestran más reacios a cambiar: dejar de usar sus correos tradicionales (yahoo, gmail, live o hotmail) para cuestiones de la empresa. Para propagar tu sitio más rápidamente, se recomienda utilizar tus correos con la terminación de tu dominio: «ventas@tunombre.com», «contacto@tunombre.com, etc.
Un sitio web nunca se concluye. Se publica en una fecha, pero se debe actualizar periódicamente. ¿Cómo? corrigiendo errores, publicando nueva información, nuevas imágenes, cambiando precios, actualizando fichas técnicas, mejorando el desempeño, entre otros. Desgraciadamente algunos clientes no vuelven a enviarnos información y eventualmente su sitio quedará desactualizado y se volverá irrelevante.
Los buscadores sólo recomiendan sitios actualizados, lo que es popular, interesante y está vigente. Si no lo actualizas, no utilizas tus correos corporativos y no publicas nada en tus redes sociales, dejarás de ser atractivo para el algoritmo que analizará su desempeño.
Existen herramientas como Google Adwords donde puedes contratar publicidad pagada, para que tu sitio sea recomendado en la primera página de resultados. Y una vez que empieces a popularizarlo podrás orgánicamente (de manera gratuita) ser listado en la primera página de resultados.
Por último, tendrás que cambiar ciertos hábitos de trabajo porque un sitio web es como abrir una sucursal de tu empresa. Con la diferencia que siempre estará abierta. Si no estás dispuesto a atender esta nueva sucursal, entonces construir un sitio web sólo representará un gasto y no una inversión.